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A los medios de comunicación

Al pueblo de México

En Yucatán como en todo el país existe una pugna por el poder político, ante el crecimiento del enojo colectivo de los ciudadanos, hay un intento de la clase gobernante por “posicionarse” ante la sociedad como si fueran un producto comercial “chatarra” que se anuncia insistentemente hasta lograr atrapar a los que se dejen engañar; esto por supuesto, aprovechándose del control de la mayoría de los medios de información, se presentan con propuestas huecas e incluso recicladas que traen como consecuencia la ausencia de un debate serio sobre los problemas fundamentales.

            Un ejemplo, es el reciente “gasolinazo”, por un lado, los dirigentes del PRI, justifican la medida, pero también dicen “entender” la molestia; y por el otro el PAN se pone a recolectar firmar para revertirlo con amparos colectivos, pues ahora resulta que son sensibles y hasta en “favor” de las luchas sociales. En síntesis, la demagogia, el cinismo puro, y el debate ausente.

            Al mismo tiempo desde el gobierno del Estado han lanzado una campaña mediática netamente demagógica para calmar el enojo colectivo, impulsando una agenda desde el poder, pseudo-progresista para generar empatía en la sociedad. Un primer caso es el gobernador “apretándose el cinturón” con su informe por redes sociales, contrastando con el millón de pesos que se gastó en anuncios de cine el año pasado, demostrando la hipocresía de este grupo que a costa de lo que sea miente y busca permanecer en el poder para no perder privilegios.

            Un caso absurdo también, es la postura del actual Alcalde de Mérida, que por un lado dice anunciar ahorros; pero no dice que el presupuesto de la ciudad creció alrededor de 800 millones y sus supuestos ahorros son únicamente reacomodos presupuestales para poder realizar obra pública que representa un mayor “moche” de alrededor de 200 millones. Es por esto que afirmo lo siguiente: “el político corrupto que usa la austeridad como principio, es porque quiere justificar el robo.”

            En este contexto de oscurantismo político, ahora más que nunca se encuentra presente el pleito de las mafias que secuestran la democracia de Yucatán; y digo esto con conocimiento claro de cómo se ha conducido el ambiente en el Estado sobre la sucesión en el 2018 de la Gubernatura del Estado bajo dos premisas: La primera, la intervención de tres actores: el Gobernador, “el grupo Yucatán” y la “mafia política nacional”; y la segunda: el pleito de estos grupos de poder político y económico por el control de los recursos públicos y la dirección de la inversión estatal en los proyectos económicos que conviene a traficantes de influencia, transnacionales y políticos corruptos.

            Es importante identificar a esas mafias que se quieren adueñar de la democracia:

            En Primer lugar, en la sucesión del 2018, encontramos a Rolando Zapata Bello, quien actualmente es Gobernador del Estado y está dispuesto a imponer a su candidato, para lo cual ha incrementado el presupuesto y ha acomodado en los principales puestos a gente de su “confianza”. Además, tengo información y sostengo que ha mandado al actual Secretario de Educación, Víctor Caballero Durán, para operar su precandidatura para el PRI; también sobre esto se puede deducir, de acuerdo a las últimas apariciones en público, que ha logrado obtener el apoyo de Jorge Carlos Ramírez Marín, actual Vicecoordinador en la Cámara de Diputados.

            En este caso Zapata Bello no solo jugará con el PRI, estoy casi seguro que, si su candidato no levanta, apoyará como lo ha hecho desde 2015 al otro aspirante en el PAN, Mauricio Vila, pues seguramente buscará garantizar mantener a algunos de sus operadores en puestos principales, pero más que nada mantener una buena relación con el grupo compacto, que Cervera Pacheco llamó el Grupo Yucatán y muy cercano a los contratos gubernamentales de la actual gestión Estatal.

            En conclusión, si el Gobernador no logra imponer a un candidato en el PRI, apostará por apoyar al PAN, para seguir manteniendo privilegios.

Por otro lado, se encuentra Ivonne Ortega, quien desde 2015 hizo un pacto con Gamboa Patrón para imponer a su hijo como candidato a Diputado Federal del distrito III, su principal bastión. En este oscuro trato se han unido para luchar juntos con el otro aspirante Mauricio Sahuí, actual Secretario de Desarrollo Social; como lo ha hecho antes, la exgobernadora buscará desde el nacional apoyar la propuesta, y sobretodo imponer una agenda económica de intereses con empresarios no identificados por el “cerverismo” como Emilio Díaz Castellanos.

            Actualmente estos personajes andan en campaña franca por la candidatura al Gobierno del Estado, con propuestas huecas, pues se han dedicado a colocarse en los medios de información, con dinero público y seguramente con el apoyo de los poderes económicos que ya mencioné anteriormente; Sin embargo no mencionan si quiera como resolver los problemas fundamentales del Estado como: el problema agrario, el problema ambiental por la deforestación; el problema del incremento en la deuda del Estado, la crisis en la construcción y sobretodo la crisis económica en los municipios por la falta de recursos por parte de la federación y que trae como consecuencia el aumento en los pagos de derechos y servicios.

            Por último, es clara también la pugna entre las “mafias” políticas y económicas; por un lado, están los del Grupo Yucatán formado esencialmente por aquellos que le apuestan a seguir en la política “cerverista” para que en Yucatán les siga conviniendo a los “de arriba”; y por otro el grupo de “yucatecos” que mantiene vínculos con el Gobierno de Peña Nieto y los grandes contratos petroleros, ante la posible entrada del mercado de los energéticos en el Estado. Los primeros seguramente apoyarán al mejor posicionado del PRI o del PAN; los segundos irán seguramente por imponer a su propio candidato, pero sino lo logran van a pactar con quien convenga a sus intereses.

            Es importante por ello que la gente participe en el debate de las ideas, debemos devolverle a Yucatán la esencia progresista que alguna vez tuvimos con personajes como Manuel Crescencio Rejón, Héctor Victoria Aguilar, Andrés Quintana Roo y también el regreso de la lucha social con Felipe Carrillo Puerto, es decir menos demagogia y más ideas para el cambio revolucionario; no debemos permitir que las mafias secuestren la democracia de nuestro Estado.

            Debemos restaurar la democracia “secuestrada” por el poder político y económico, por eso necesitamos con el poder ciudadano regenerar las luchas sociales del pueblo yucateco: la justicia social; e integrarla a las luchas del nuevo siglo: la lucha por acabar con la corrupción y el cambio democrático de la participación activa y ciudadana en las decisiones políticas de gobierno.

 

 

 

Diputado Rogerio Castro Vázquez

Presidente de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción

YUCATÁN, DEMOCRACIA SECUESTRADA
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